Al otro lado del puente del río del ejido, hoy de los Gómez; existe un pueblo de origen chichimeca llamado Coecillo, nombre adoptado del diminutivo de la palabra Cu, que en el lenguaje nativo de los chichimecas significa templo.

Este pueblo del Coecillo ya en 1576 cuando se funda la Villa de León daba de que hablar, y no para bien por cierto; ya que el pueblo chichimeca por naturaleza era un pueblo salvaje, tanto que al primer párroco de León Alonso de Espino dieron muerte en 1586 en el arroyo de la Loza. Debido a este desafortunado evento los Frailes Franciscanos toman rienda de la evangelización del Coecillo, fundando el actual templo parroquial a comienzos del siglo XVII y permaneciendo ahí hasta 1767, año que la administración del templo pasa a manos diocesanas nuevamente.

Que al semejarse la imagen a la de Ntra. Señora de San Juan de los Lagos, al templo se le conoce como San Juan del Coecillo.

 No es sino hasta 1864 que se erige la Diócesis de León, que por decreto de su primer Obispo Don José Ma. de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, el templo de la Purísima del Coecillo pasa a ser parroquia; siendo ésta y la de San Miguel las 2 primeras parroquias de la naciente Diócesis de León. Es así que se mantiene el curato en constante actividad pastoral, atendiendo el culto del coecillo y otras comunidades circunvecinas.

Del coecillo es que es gente trabajadora, ya que todos los miembros de una familia desarrollaban en aquel entonces alguna actividad laboral en las “picas” de zapato o en la curtiduría, la talabartería o la orfebrería, sin embargo faltaba darle peso a ese oficio, y ese peso específico era el desarrollo humano por medio de la educación.

El Coecillo era distinto al de 2 siglos antes, y no obstante seguía siendo un objetivo primordial de los párrocos la educación en la fe y la formación humana de la comunidad del Coecillo. Corre el año de 1959 y al cambio del Sr. Cura Dolores Pérez llega de administrador diocesano el Padre Emigdio Gárate Arrieta, quien luego fuera párroco durante 37 años de la comunidad, a emprender acciones concretas para transformar la educación del coecillo, ya que promueve academias para que se aprendan los oficios de corte y confección, cocina, bordado y primeros auxilios así como implementar un grupo de alfabetización con el apoyo de religiosas y grupos apostólicos.

El Padre Emigdio Tomaría el nombre del recién fallecido Papa Pío XII por la admiración y cariño que le tenía. Papa de la paz y el silencio, de los medios de comunicación, de grandes retos y de exhortaciones unificadoras, así como Papa de la virtud y la verdad.

Es así que un 8 de febrero del año 1960, el colegio Parroquial del Coecillo se institucionaliza con el nombre de Pío XII comenzando con los niveles de preescolar y primaria atendidos por 3 maestras, pocas en número, pero con un espíritu de servicio y de entrega esperando ver crecer en madurez y conocimientos a los niños que tenían en sus manos, así como solidificar en ellos la fe en Cristo y en su Iglesia.